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Cifras del tabaquismo
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año fallecen una cantidad superior a los 8 millones de personas, a causa del consumo de tabaco, de los cuales, más de 7 millones son fumadores activos y el resto perciben indirectamente el humo proveniente de aquellos. Aparte de la cantidad elevada de muertes, el consumo de esta especie genera importantes problemas de salud que pueden incidir en una menor calidad de vida para los fumadores. A todo lo anterior, se aúnan las consecuencias económicas que pueden derivarse de la adquisición de cajetillas de cigarrillos, lo cual implica que muchas familias de bajos ingresos podrían sacrificar una parte sustancial de sus ingresos, que podrían emplear para comprar alimentos y otros insumos de primera necesidad, y en cambio prefieren hacerse con dichas cajetillas.
Dependencia
Por otra parte, se ha constatado que el consumo de tabaco puede causar dependencia física y psicológica, lo que lleva a que muchas personas no puedan suspender el hábito de fumar, aun cuando su vida corre peligro a causa de dicha práctica. El hecho de que su consumo sea legal en todo el mundo, permite que sea comercializado en los lugares más recónditos de éste, lo cual también incide en que sea difícil de dejar de fumar.
Leyes Antitabaco
Tomando en consideración las repercusiones negativas del tabaco sobre las vidas de las personas, muchos países han optado por emitir nuevos instrumentos legales o la modificación de la normativa preexistente, para limitar el consumo de este producto de origen vegetal. Sin embargo, ninguna de las principales naciones occidentales ha prohibido completamente su consumo, sino que han buscado formas de obstaculizarlo, haciendo que sea más complicado fumar en determinados lugares o bajo condiciones específicas. Estas leyes se le ha otorgado el nombre informal de Leyes Antitabaco y han permitido que las grandes tabacaleras sigan obteniendo beneficios, mientras busca disminuir los efectos negativos sobre los fumadores activos, pero principalmente, sobre los pasivos.
Principales aspectos de las leyes antitabaco
Desde mediados de la década del 2000 hasta la misma altura de la década de 2010, hubo un gran ímpetu por el desarrollo del marco normativo para disminuir la ingesta del humo de tabaco, principalmente en el continente europeo, pero también en la mayor parte de los países de Sudamérica. Como regla general, estas iniciativas legislativas han optado por la prohibición de fumar en lugares públicos, así como en oficinas u otros lugares de trabajo. De igual modo, muchos países han prohibido su consumo incluso en lugares cerrados a los que asistan muchas personas, tales como discotecas; así como en las unidades de transporte público. También se prohíbe la venta de tabaco a menores de 18 años y algunos Estados incluyen la prohibición de emisión de piezas publicitarias que inciten al consumo del tabaco en algunos medios de comunicación social.
Y cómo sabemos que ninguna ley está completa sin la posibilidad de la aplicación de sanciones cuando se constate su incumplimiento, debemos reseñar que se establecen varios niveles de multas para las personas que cometan infracciones leves, moderadas o graves; que pueden abarcar, desde exacciones dinerarias de pequeñas cantidades, hasta montos muy significativos que afectarían severamente el patrimonio del infractor. Y cabe destacar que esas medidas no sólo se aplicarían al propio fumador, sino también el dueño del local o al responsable del centro o área en el que se vulnere la ley.
Norma española
España es uno de los países que cuentan con una Ley Antitabaco y ésta fue promulgada a través de la Ley española 28/2005 y modificada mediante la ley 42/2010 publicada en la edición del Boletín Oficial del Estado del 31 de diciembre de 2010 y representa uno de los principales exponentes de este tipo de regulación a nivel mundial. Según su propia exposición de motivos, se aclara que la principal intención de promulgar esta Ley, es que los trabajadores y los menores de edad no se vean afectados por el humo proveniente de fumadores.
En su articulado se atribuye la responsabilidad en el incumplimiento del marco normativo a la persone que fume en un espacio en que no pueda hacerlo, así como al titular del espacio en el que lo haga. Las multas que se establecen para los fumadores que contravengan la ley, puede llegar a abarcar desde los 30 euros, cuando es sancionado en una primera oportunidad, hasta 10.000 euros, cuando se trate de violaciones graves a la normativa y un máximo de 600.000 euros, cuando se incurran en faltas muy graves.
La misma ley establece, de igual modo, cuales son los sitios en los que se permite fumar, así como aquellos en los que se prohíbe hacerlo. Entre éstos últimos se encuentran escuelas, centros sanitarios, parques infantiles, lugares de trabajo y centros culturales. También condena la venta de especies provenientes del tabaco para menores de los 18 años y castiga a aquellos que se las suministren. También establece un conjunto de normas de publicidad con las que tienen que cumplir los comercios que expendan variantes del tabaco, así como aquellos espacios en los que no pueda fumarse.