Aquí hay tres ilusiones ópticas que demuestran lo fácil que es engañar al cerebro humano

1. La ilusión de Müller-Lyer

Esta ilusión hace que dos líneas iguales parezcan tener longitudes diferentes, dependiendo de cómo se representen las puntas. Las líneas con puntas apuntando hacia fuera parecen más largas que las líneas con puntas apuntando hacia dentro. Esto se debe a que nuestro cerebro interpreta las puntas como señales de profundidad. Las puntas apuntando hacia fuera parecen estar más lejos, lo que hace que nuestra mente las perciba como más largas.

ilusiones ópticas

Historia

Esta ilusión se descubrió por primera vez en 1889 por el psicólogo alemán Franz Carl Müller-Lyer. Müller-Lyer creó dos líneas iguales, pero agregó puntas de flecha a cada extremo. Las puntas de flecha de una línea apuntaban hacia fuera, mientras que las puntas de flecha de la otra línea apuntaban hacia dentro. Cuando se mostraron estas líneas a los participantes, la mayoría de ellos informaron que la línea con las puntas apuntando hacia fuera parecía más larga que la línea con las puntas apuntando hacia dentro.

Explicaciones posibles para la ilusión de Müller-Lyer

Una explicación es que nuestro cerebro interpreta las puntas como señales de profundidad. Las puntas apuntando hacia fuera parecen estar más lejos, lo que hace que nuestra mente las perciba como más largas.

En el caso de la ilusión de Müller-Lyer, nuestro cerebro puede agrupar las líneas con puntas apuntando hacia fuera como un solo objeto, lo que hace que estas líneas parezcan más largas.

La ilusión de Müller-Lyer es una ilusión muy común. Se ha demostrado que es efectiva en personas de todas las edades y culturas. Esta ilusión es una excelente manera de demostrar cómo nuestro cerebro puede ser engañado por la información que recibe de nuestros ojos.

2. La ilusión de Ponzo

ilusión de Ponzo

Esta ilusión funciona de manera similar a la ilusión de Müller-Lyer. Las líneas horizontales iguales parecen tener longitudes diferentes, dependiendo de la distancia entre ellas. Las líneas que están entre líneas más cercanas parecen más cortas que las líneas que están entre líneas más distantes. Esto se debe a que nuestro cerebro interpreta las líneas más cercanas como estando más cerca, lo que hace que nuestra mente las perciba como más cortas.

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Historia

Esta ilusión fue descubierta por primera vez en 1911 por el psicólogo italiano Mario Ponzo. Ponzo creó una serie de imágenes en las que dos líneas horizontales iguales estaban rodeadas por líneas verticales que se estrechaban hacia el centro. Cuando se mostraron estas imágenes a los participantes, la mayoría de ellos informaron que la línea que estaba entre las líneas verticales más estrechas parecía más larga que la línea que estaba entre las líneas verticales más anchas.

Explicaciones posibles para la ilusión de Ponzo

Una explicación es que nuestro cerebro interpreta las líneas verticales como señales de profundidad. Las líneas verticales más estrechas parecen estar más lejos, lo que hace que nuestra mente las perciba como más cortas.

Otra explicación es que nuestro cerebro utiliza la Gestalt para percibir los objetos. La Gestalt es una teoría de la percepción que sostiene que nuestro cerebro tiende a agrupar los elementos visuales en unidades coherentes.

En el caso de la ilusión de Ponzo, nuestro cerebro puede agrupar las líneas verticales como un solo objeto, lo que hace que las líneas que están entre ellas parezcan más largas.

La ilusión de Ponzo es una ilusión muy común

Aquí hay algunos consejos para experimentar la ilusión de Ponzo:

  • Mire la imagen durante unos segundos sin parpadear.
  • Intente enfocarse en la línea horizontal que está en el centro de la imagen.
  • ¿Puede ver cómo la línea parece alargarse?

Si encuentra que la ilusión es difícil de ver, puede intentar acercar su cara a la imagen o alejarse de ella. También puede intentar cubrir las líneas verticales con sus dedos.

3. La ilusión de Ames

Esta ilusión hace que una persona o un objeto parezca tener diferentes tamaños, dependiendo del contexto en el que se encuentre. Por ejemplo, en la imagen de la izquierda, la persona que está de pie parece ser mucho más alta que la persona que está sentada, incluso though están en la misma habitación. Esto se debe a que la habitación está distorsionada, y nuestro cerebro interpreta las distorsiones como señales de profundidad.

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Historia

Esta ilusión fue descubierta por primera vez en 1915 por Adelbert Ames Jr., un psicólogo estadounidense. Ames creó una habitación distorsionada en la que las paredes, el suelo y el techo estaban inclinados. Cuando se colocó una persona en la habitación, la persona parecía tener diferentes tamaños, dependiendo de la posición en la que se encontraba.

Hay varias explicaciones posibles para la ilusión de Ames

En el caso de la ilusión de Ames, nuestro cerebro puede agrupar las paredes, el suelo y el techo como un solo objeto, lo que hace que la habitación parezca más pequeña.

Otra explicación es que nuestro cerebro utiliza la perspectiva para percibir la profundidad. La perspectiva es una técnica artística que utiliza la reducción de tamaño y el escorzo para crear ilusiones ópticas, de profundidad. En el caso de la ilusión de Ames, las paredes, el suelo y el techo están inclinados, lo que produce un efecto de perspectiva que engaña a nuestro cerebro.

Estas son solo algunas de las muchas ilusiones ópticas que existen. Las ilusiones ópticas son fascinantes porque demuestran lo fácil que es engañar a nuestro cerebro. Nos muestran que nuestra percepción del mundo no es siempre precisa, y que nuestro cerebro está constantemente interpretando las señales que recibe de nuestros ojos.

 

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