En el organismo femenino ocurren procesos que interactúan entre sí de diversas maneras. Además de enfermedades orgánicas, suceden trastornos que pueden tener relación con desórdenes psicológicos, otros de origen psicosomático y de orden funcional. También encontramos enfermedades que guardan relación con la anatomía de cada mujer y la estructura y funcionamiento de sus órganos sexuales. Como es el caso de la menstruación, que es una manifestación cíclica, natural y necesaria para la mujer de edad fecunda, se producen anomalías fuera de este ciclo, que demos tomar en cuenta; son las llamadas metrorragias. Ha continuación ahondaremos en este tema.

Metrorragia

Es el sangrado vaginal que se produce fuera del ciclo menstrual. No es considerado una enfermedad, es un síntoma ginecológico, que se origina usualmente por causas locales del organismo o por desequilibrios hormonales.

Causas de la Metrorragia

Las causas de la metrorragia pueden ser diversas; todas pueden ser detectadas y tratadas si se acude al médico con prontitud. Son de origen orgánico o disfuncional, en ocasiones son pequeñas afecciones de fácil tratamiento o trastornos complejos que ameritan intervenciones quirúrgicas y seguimientos farmacológicos.

Algunas de estas causas son:

  • Abortos: es la interrupción del embarazo cuando, por factores patológicos, se produce espontáneamente o se crean unas condiciones para que se produzca, viene acompañado de dolor y una hemorragia copiosa a través de la vagina.
  • Embarazos ectópicos: son aquellos en los cuales el feto se desarrolla fuera del útero; principalmente la implantación del huevo fecundado se produce en las Trompas de Falopio, en menor porcentaje en los ovarios, en el abdomen o peritoneo (se requiere intervención quirúrgica) Generalmente se produce un aborto.
  • Enfermedades de trasmisión sexual (ETS): son infecciones trasmitidas por contacto sexual. Pueden provocar sangrados; como la Gonorrea, que se caracteriza por un exudado purulento y es originada por una bacteria.
  • Síndrome del ovario poli quístico: los quistes en los ovarios no son peligrosos, sin embargo, producen metrorragias. Algunos hay que extirparlos sino se suprimen con ciertas pastillas anticonceptivas.
  • Hiperplasia endometrial: es el aumento de volumen del endometrio, generalmente por el aumento del nivel de estrógenos.
  • Miomas o Pólipos: son tumoraciones mucosas limitadas y casi siempre benignas, que pueden llegar a provocar importantes hemorragias. Los de gran tamaño pueden necrosarse si se altera su irrigación o calcificarse. En casos excepcionales malignizarse y convertirse en sarcomas.
  • Cervicitis: es la inflamación o infección del cuello uterino.
  • Hipotiroidismo: es la insuficiencia secretora de la tiroides, que provoca cambios hormonales y metrorragias en las mujeres.
  • Carcinomas: es el crecimiento ilimitado y destructivo de células corporales atípicas. Puede ser en el Útero o en las Trompas de Falopio. Aparecen metrorragias o flujos sanguinolentos. Pero debido a su localización, dentro de la cavidad uterina, inicialmente su crecimiento pasa inadvertido.
  • Uso de hormonas: el uso de pastillas anticonceptivas o tratamientos con estrógenos provocan sangrados fuera de la menstruación. También el uso de dispositivos intrauterinos, ya que irritan la mucosa vaginal.
  • Uso de algunos fármacos: el uso de anticoagulantes, corticoides o quimioterapias, pueden producir hemorragias.

Consecuencias de la Metrorragia

Un sangrado vaginal constante, debe ser atendido con urgencia por un especialista, para diagnosticar la causa y tratarlo, ya que podría producir una anemia; que es el empobrecimiento o disminución de la cantidad total de la sangre en el organismo.

De igual manera, las afecciones mencionadas anteriormente, dejan en el organismo una gama de efectos que, si no se les atiende a tiempo, incluso, podría comprometer órganos y la vida de la persona.

Se deben hacer exploraciones preventivas frecuentes o bien un control médico inmediato, cuando aparecen sintomatologías, como la aparición de metrorragias, hemorragias por contacto, flujo sanguinolento, etc.

Los tumores en el útero, trompas u ovarios no se detectan fácilmente, ya que no se pueden confirmar en ellos la existencia de células cancerosas, en algunos casos. Se detecta por el tamaño del tumor al palparlo y por la exploración ecográfica. Es significativa la visita periódica al ginecólogo.

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