Los seres vivos están compuestos por elementos químicos, algunos de ellos, llamados biogenésicos, son considerados constituyentes fundamentales para las correctas funciones vitales. Por una parte, se pueden unir con otros elementos, estableciendo enlaces o combinándose consigo mismos, para crear la base de la formación, de complejísimas sustancias beneficiosas para el organismo. Las proteínas son compuestos moleculares integrados, esencialmente por aminoácidos imprescindibles para la vida. A continuación, centraremos nuestra atención en un tipo de proteína con un papel específico y preponderante en el organismo, la proteína C reactiva.
La Proteína C Reactiva
Es una proteína plasmática que se sintetiza principalmente a nivel hepático (en el hígado), aunque se han identificado otras zonas de síntesis, como el riñón, el pulmón o el cerebro. Contiene más de 400 aminoácidos y su concentración aumenta hasta más de 1000 veces, cuando se percata de algún proceso de inflamación en el cuerpo.
La inflamación se genera por la reacción de células heridas o infectadas, como respuesta inicial del sistema inmunitario a una infección. El factor C (termolábil), es un complemento fundamental de la respuesta inmunitaria defensiva. El rol fisiológico de esta proteína consiste en adherirse a las células muertas y a algunas bacterias para activar el complemento, ante un agente hostil.
¿Cómo se determina el nivel de proteína C reactiva?
Se mide la cantidad de proteína C reactiva (PCR siglas en español), mediante un examen de sangre, ya que es una proteína que se encuentra en el torrente sanguíneo, como respuesta a la inflamación (proteína de fase aguda). No debemos confundirla con la prueba Polymerase Chain Reactión (PCR siglas en inglés), que es una técnica que permite detectar los ácidos nucleicos de microrganismos y la molécula de ARN, es decir, el material genético del Coronavirus.
La proteína C reactiva juega un papel primordial defensivo, ya que interactúa con microorganismos, células necróticas, etc., favoreciendo su eliminación. No obstante, en situación en que existan células dañadas o isquémicas, la proteína C reactiva puede aumentar el daño tisular (no en células sanas), ya que solo activaría, de manera parcial, el complemento. Por ese motivo la proteína en cuestión, ejerce un doble papel: defensivo o perjudicial, dependiendo de la situación de los tejidos.
Funciones de la prueba PCR
La prueba PCR no permite diagnosticar una enfermedad como tal, pero si comprueba un proceso inflamatorio o infeccioso, que podría conllevar a patologías más severas, de acuerdo a los síntomas del paciente. La medicina actual la utiliza para:
- Detectar infecciones bacterianas, como las causadas por hongos.
- Medir la extensión de la inflamación y a confirmar un diagnóstico de Artritis Reumatoide; que es un trastorno autoinmune, así como, el Lupus que además de la inflamación puede provocar dolor, calor y enrojecimientos.
- Determinar enfermedades de sangrados intestinales y de infecciones severas, como la de los huesos, la Osteomielitis.
- Deducir el riesgo de sufrir ataques cardíacos, ya que, se ha llegado a la conclusión de que un alto nivel de PCR presente en la sangre, puede estar asociado a esta posibilidad.
- Estudiar la inflamación de enfermedades cardiovasculares futuras, que es una de las principales causas de muerte en el mundo. También como marcador de inflamación general, ubica en arterias la presencia de lesiones aterocleróticas. Es decir, es un predictor de las enfermedades coronarias y problemas cardiovasculares en general.
La inflamación es la respuesta del organismo frente a cualquier agresión. Puede ser local, con mayor o menos intensidad, o extensa y expresarse de manera sistémica, llegando incluso a producir el Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (SIRS). Generalmente, como consecuencia de una infección (SEPSI), pero también puede ser atribuido a otras causas, de respuestas agudas no infecciosas, como traumas, quemaduras u operaciones.
Así pues, la inflamación es muy diferente a la infección. La infección se produce al recibir el organismo un microorganismo que provoca alteraciones de diversas naturalezas en sus órganos y en las funciones que éstos desempeñan.
Las consultas médicas designan un conjunto de pruebas sistemáticas y periódicas, que permiten controlar o monitorear la evolución de patologías, de prevenir enfermedades o mantener la salud. Esos exámenes aportan indicaciones, no conclusiones. Es el médico que, al contrastar síntomas y estados físicos, dará o se aproximará a un diagnóstico posible. La detección es fundamental, de ahí, que las pruebas PCR, son de gran utilidad para dar la alerta.